Malinas ha sido objeto de una serie de proyectos regeneradores que han reabierto canales, creado pasarelas flotantes y revitalizado el río Dijile, que atraviesa el centro de la ciudad. La ciudad se fijó ambiciosos objetivos de neutralidad climática y circularidad al firmar el Pacto de los Alcaldes en 2012. Desde entonces, se han materializado numerosas iniciativas, como cafés de reparación, huertos comunitarios, una biblioteca de herramientas, etc. Sus tiendas y marcas sostenibles son igualmente diversas e inspiradoras.