
22 octubre 2024
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Lo que ocurre después de hacer una devolución
Shein ha sido criticada por su falta de transparencia en la cadena de suministro, especialmente en lo relacionado con el origen de su algodón. Sin embargo, cuando se trata de las partes en las que supuestamente sí es transparente, ¿qué ocurre realmente?
Hoy en día, comprar en línea se ha convertido en una parte esencial de nuestro estilo de vida, y las devoluciones en una práctica cada vez más común. Con esto en mente, el periódico sueco Aftonbladet decidió investigar qué pasa con la ropa que los clientes devuelven. En 2023, rastrearon prendas de segunda mano de H&M hasta playas en África Occidental. Este año, en 2024, dirigieron su atención a Shein.
Para su investigación, el equipo compró cinco prendas, las devolvió y siguió su recorrido. Lo que descubrieron superó con creces sus expectativas y destapó una realidad aún más impactante de lo que imaginaban.
Antes de que Aftonbladet publicara su investigación, Shein respondió a sus preguntas con una declaración general. En ella, aseguraban que el 90% de las devoluciones de la UE se reempaquetan y vuelven a ponerse a la venta dentro del mismo mercado europeo.
Para comprobarlo, los investigadores compraron varias prendas, las devolvieron y las rastrearon con AirTags ocultas. La primera parada fue un almacén de Yun Express, una empresa de comercio electrónico con una reputación dudosa, ubicada en las afueras de Malmö.
Aquí las cosas empezaron a ponerse raras. Nadie sabe con certeza quién es el dueño de la empresa. El supuesto CEO lleva más de un año sin aparecer y los empleados del almacén local no tienen claro quién está realmente a cargo. Los intentos de contactar con él fueron en vano: correos sin respuesta, acceso al almacén denegado.
Pero lo más inquietante vino después. El siguiente rastro de las AirTags apareció en un campo desierto en Polonia.
En medio de un campo polaco desierto, el equipo de investigación se topó con lo que parecía ser el centro neurálgico de la manipulación de paquetes de Shein en Europa. Un enorme edificio metálico de 750 metros de largo y 175 muelles de carga, tan nuevo que ni siquiera aparece en Google Maps.
Desde allí, dos de los artículos rastreados encontraron rápidamente nuevos dueños dentro de Europa. El bolso burdeos marcó su última ubicación en Bélgica, mientras que el vestido azul terminó en una ciudad polaca.
Pero las otras tres prendas aún no habían llegado a su destino. Su viaje estaba lejos de terminar.
Desde el almacén polaco, las prendas restantes emprendieron un nuevo trayecto, esta vez hasta M&A Export Srl, una empresa a las afueras de Turín, Italia. Aquí, las devoluciones no deseadas no se reinsertan en el mercado europeo, sino que se embolsan y venden a granel.
El siguiente destino fue Elizabeth, Nueva Jersey, a las afueras de Nueva York. Y tras 149 días desde la devolución inicial, las últimas señales de los artículos rastreados aparecieron en Iquique, Chile.
El norte de Chile alberga el desierto de Atacama, una de las regiones más áridas del planeta. Pero en los últimos años, este lugar remoto se ha convertido en algo más: el vertedero de la moda rápida.
Cada año, según la BBC, unas 60.000 toneladas de ropa usada llegan a Iquique. Más de la mitad de estas prendas nunca se revenden y terminan apiladas en vertederos improvisados, contaminando el ecosistema.
Un claro ejemplo de colonialismo de residuos, donde los países ricos exportan sus desechos a comunidades del Sur Global, perpetuando un ciclo de consumo irresponsable.
Si quieres saber más sobre el colonialismo de residuos occidental, échale un vistazo a nuestro blog
Según el informe de Changing Markets, Shein encabeza la industria de la moda rápida con un 82% de materiales sintéticos en sus prendas. Estas telas, cuando se vierten o queman en los vertederos de Atacama, liberan microplásticos, toxinas y sustancias químicas peligrosas. Con los vientos del desierto, estos contaminantes se esparcen por kilómetros, alcanzando incluso los edificios cercanos.
No hay estudios oficiales sobre los efectos en la salud de estos incendios, pero es fácil imaginar el impacto que pueden tener sobre las personas que viven en la zona.
Cuando el equipo de investigación contactó con un almacén distribuidor local, la respuesta fue evasiva:
"Nosotros no vertemos la ropa, quizá sean los clientes" Heraldo Ramirez, distribuidor local del almacén Casa de Ropa
Sin embargo, en la zona franca de Iquique, las evidencias cuentan otra historia. Hay calles enteras con almacenes repletos de fardos de ropa comprimida. Las prendas que no cumplen con los estándares comerciales no se revenden, sino que se reempacan y se cargan en camiones con dos destinos posibles:
🔹 Los vertederos del desierto
🔹 Bolivia, donde la ropa usada sigue circulando en mercados informales.
Así es como la moda ultrarrápida sigue alimentando un ciclo insostenible de sobreproducción, consumo y desecho, impactando no solo el medioambiente, sino también a las comunidades más vulnerables.
Bolivia prohíbe la importación de ropa usada para proteger su industria textil y el medioambiente. Sin embargo, los AirTags rastreados por los investigadores marcaron su ubicación en Oruro, una ciudad con un pasado próspero que hoy es un centro clave del contrabando.
Allí, el equipo descubrió una realidad aún más turbia: el comercio de ropa de segunda mano está controlado por mafias que también trafican con drogas.
A pesar de la prohibición, el mercado de Oruro sigue funcionando sin problemas. En los puestos, bolsas transparentes con el logotipo de Shein son parte del paisaje. Los revendedores, sorprendidos, se preguntaban por qué alguien querría deshacerse de prendas prácticamente nuevas.
Pero la ropa no se detuvo ahí. Una de las prendas siguió viajando hasta marcar su última ubicación a 21.219 km de Estocolmo, donde todo comenzó.
Así, el mito de que las devoluciones europeas se revenden dentro de la UE queda completamente desmontado.
Las devoluciones de ropa no son tan inocuas como parecen. Contribuyen a la crisis de los residuos textiles, aumentan las emisiones de carbono y agravan problemas éticos en la cadena de suministro. Todo esto contradice los esfuerzos de Shein por presentarse como una marca más ecológica y socialmente responsable.
Para los consumidores, esto supone un recordatorio de lo que realmente significan las “devoluciones gratuitas”. Detrás de cada clic en el botón de devolución, hay un sistema que prioriza el beneficio sobre la sostenibilidad, sin asumir ninguna responsabilidad por sus impactos.
El cambio empieza con nuestras decisiones. Aquí tienes algunas formas de alinear tu forma de comprar con tus valores:
Cada elección cuenta. Reducir el consumo impulsivo y las devoluciones innecesarias es un pequeño paso con un gran impacto.
Fuentes:
https://special.aftonbladet.se/story/8qxQOQ
https://www.youtube.com/watch?v=uyHgY2O__fY
https://apparelinsider.com/shein-faces-parliamentary-scrutiny-over-supply-chain-transparency/
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