¿Qué hacen las sustancias tóxicas PFAS en nuestra ropa y qué son? 

¿Qué son las PFAS?

PFAS son las siglas en inglés de sus­tan­cias per­fluo­roal­qui­la­das y poli­fluo­roal­qui­la­das. Se tra­ta de sustan­cias quí­mi­cas tóxi­cas y no bio­de­gra­da­bles. Están for­ma­das por gru­pos fluo­ra­dos (F) y gru­pos alqui­lo (por ejem­plo, CnH2n+1). Los áto­mos de hidró­geno de los gru­pos alqui­lo (cade­nas de car­bono de dife­ren­tes lon­gi­tu­des) están total (com­pues­tos per­fluo­ra­dos) o par­cial­men­te (com­pues­tos poli­fluo­ra­dos) sus­ti­tui­dos por áto­mos de flúor.

Los PFAS se deno­mi­nan ​“sus­tan­cias quí­mi­cas para siem­pre” por­que son muy per­sis­ten­tes en el medio ambien­te y bio­acu­mu­la­bles en la cade­na ali­men­ta­ria, es decir, el orga­nis­mo absor­be sus­tan­cias como pes­ti­ci­das u otras sus­tan­cias quí­mi­cas a gran velo­ci­dad. Por eso figu­ran en la lis­ta de la ​“doce­na sucia” del Envi­ron­men­tal Wor­king Group (EWG), que agru­pa a dis­rup­to­res endo­cri­nos. Estas sus­tan­cias no exis­ten en la natu­ra­le­za, sino que se pro­du­cen en plan­tas quí­mi­cas. Su toxi­ci­dad pro­ce­de prin­ci­pal­men­te del flúor. A tem­pe­ra­tu­ras nor­ma­les, el flúor se encuen­tra en for­ma de difluor (F2), un gas dia­tó­mi­co de color ama­ri­llo páli­do que es muy tóxi­co y extre­ma­da­men­te corro­si­vo. El flúor pro­vo­ca que­ma­du­ras muy gra­ves en con­tac­to con la piel, las muco­sas y los hue­sos. Muchos gases fluo­ra­dos, los freo­nes, se uti­li­zan en sis­te­mas de refri­ge­ra­ción y aire acon­di­cio­na­do. Los clo­ro­fluo­ro­car­bo­nos (CFC) han sido prohi­bi­dos por su con­tri­bu­ción al agu­je­ro de ozono. En esta­do sóli­do, el flúor se encuen­tra en com­pues­tos mine­ra­les natu­ra­les como las fluo­ri­tas, las fluo­roa­pa­ti­tas y las criolitas.

¿Cómo acaban los tóxicos PFAS en el suelo?

Los PFAS se encuen­tran en pro­duc­tos coti­dia­nos como ropa, enva­ses de hos­te­le­ría, espu­ma con­tra incen­dios, pin­tu­ras, esmal­tes de uñas, pro­duc­tos de lim­pie­za y en sar­te­nes en for­ma de teflón, un reves­ti­mien­to antiadherente.

Estas sus­tan­cias se for­man a tra­vés de los resi­duos indus­tria­les. Los gru­pos alqui­lo y fluo­ra­dos se mez­clan y aca­ban en las aguas resi­dua­les, ya que para las empre­sas res­pon­sa­bles su alma­ce­na­mien­to sigue sien­do caro. Otra fuen­te de PFAS es la tec­no­lo­gía GenX, una tec­no­lo­gía uti­li­za­da por la empre­sa quí­mi­ca DuPont Che­mo­urs en Dor­drecht. Esa pro­du­ce polí­me­ros que con­tie­nen flúor, como el poli­te­tra­fluo­roe­ti­leno (teflón), muy resis­ten­tes al calor (has­ta 205 °C). Estos polí­me­ros son can­ce­rí­ge­nos y repro­tó­xi­cos (reduc­ción de la fer­ti­li­dad en humanos).

Exis­ten unas 600 sus­tan­cias PFAS y la más cono­ci­da es el PFOS (áci­do per­fluo­rooc­tano sul­fó­ni­co) pro­du­ci­do prin­ci­pal­men­te por el gru­po quí­mi­co esta­dou­ni­den­se 3M. BASF, BAYER, INEOS y otros tam­bién pro­du­cen y uti­li­zan PFAS.

En Bél­gi­ca, el gran escán­da­lo es el PFOS (áci­do per­fluo­rooc­tano sul­fó­ni­co, fór­mu­la quí­mi­ca) pro­du­ci­do por 3M en Zwijn­drecht. El PFOS, muy tóxi­co, es el prin­ci­pal ingre­dien­te de Scotch­gard, un adi­ti­vo tex­til repe­len­te al agua y la gra­sa y resis­ten­te a las man­chas. Se uti­li­za para lim­piar alfom­bras, tapi­ce­rías y cual­quier mate­rial tex­til.

3M no toma pre­cau­cio­nes para el tra­ta­mien­to de sus resi­duos indus­tria­les. Tam­po­co garan­ti­zan la salud y la segu­ri­dad de los habi­tan­tes cer­ca­nos a su fábri­ca. Las con­se­cuen­cias son muy gra­ves y los res­pon­sa­bles sani­ta­rios y polí­ti­cos de esta región ini­cia­ron una inves­ti­ga­ción tar­día e inefi­caz. Tras unas sema­nas de alto, 3M reanu­dó la pro­duc­ción sin dar nin­gu­na infor­ma­ción ni comu­ni­ca­ción sobre las pre­cau­cio­nes o mejo­rías toma­das en rela­ción con los PFAS.

Los PFOS han con­ta­mi­na­do el sue­lo, las plan­tas, el agua pota­ble y, en con­se­cuen­cia, a los seres huma­nos. Se supo­ne que la con­cen­tra­ción de PFAS no debe supe­rar 1 micro­gra­mo por 1 kg de material.

El uso de PFAS en textiles

Debi­do a sus pro­pie­da­des hidró­fo­bas (repe­len el agua), lipo­fó­bi­cas (repe­len la gra­sa y el acei­te) y repe­len la sucie­dad, los PFAS se uti­li­zan en muchas pren­das. Por ejemplo:

1— PFA­SAs y PFO­SAs: (per­fluo­roal­cano sul­fo­na­mi­da y per­fluo­rooc­tano sul­fo­na­mi­da) están pre­sen­tes en la ropa para pro­te­ger las super­fi­cies del pol­vo y como agen­te anti­es­tá­ti­co en la ropa de tra­ba­jo (en zonas con ries­go de explosión).

2— El PFAI (yodu­ro de per­fluo­roal­qui­lo), que per­te­ne­ce a la fami­lia de los teló­me­ros fluo­ra­dos, se uti­li­za como pro­duc­to anti­man­chas e hidró­fu­go (resis­ten­te al agua). Al degra­dar­se, se con­vier­te en PFCA (áci­do per­fluo­ro­ca­ro­xí­li­co), una sus­tan­cia muy peli­gro­sa y per­sis­ten­te en el medio ambien­te.

3— Los FTOH (alcoho­les fluo­ro teló­me­ros) repe­len el agua y el acei­te. Son hidró­fo­bos y lipo­fó­bi­cos. Tam­bién son agen­tes anti­adhe­ren­tes. Se emplean prin­ci­pal­men­te para los tra­jes de bom­be­ros y la ropa depor­ti­va de invierno.

4— Los PFCA (áci­dos per­fluo­roal­quil­car­bo­xí­li­cos) se usan con­tra las man­chas y para la imper­mea­bi­li­za­ción.

5— El PTFE (poli­te­tra­fluo­roe­ti­leno), tam­bién cono­ci­do como teflón, es muy impermea­ble. Se emplea en cha­le­cos anti­ba­las y en algu­nas pren­das depor­ti­vas.

6— El PFBS (áci­do per­fluo­rooc­tano sul­fó­ni­co) se uti­li­za como anti­es­tá­ti­co e igní­fu­go en la ropa de los bom­be­ros, ya que es muy resis­ten­te al fue­go y a los disol­ven­tes inflamables.

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Los efectos de los PFAS en la salud

Las sus­tan­cias PFAS no son fácil­men­te bio­de­gra­da­bles (casi indes­truc­ti­bles) y per­ma­ne­cen duran­te años en el sue­lo o el agua. Se des­pla­zan rápi­da­men­te por el medio ambien­te, lo que impi­de con­te­ner su pro­pa­ga­ción. Si las aguas resi­dua­les y/​o los dese­chos quí­mi­cos (pro­ce­den­tes de estas sus­tan­cias o de su sín­te­sis) no se some­ten a un tra­ta­mien­to ade­cua­do median­te plan­tas depu­ra­do­ras, pasa­rán direc­ta­men­te al sue­lo y a las aguas sub­te­rrá­neas. En con­se­cuen­cia, los seres huma­nos se infec­ta­rán y las con­se­cuen­cias serán muy per­ju­di­cia­les. Según varios toxi­có­lo­gos, los PFAS pue­den cau­sar gra­ves efec­tos sobre la salud:

• Enfer­me­da­des de la tiroides
• Aumen­to de los nive­les de colesterol
• Ata­que al hígado
• Cán­cer de riñón
• Cán­cer testicular
• Retra­so en el desa­rro­llo de la glán­du­la mamaria
• Bajo peso al nacer
• Abor­tos espontáneos
• Enfer­me­dad infla­ma­to­ria intestinal

Cada mes se tiran tone­la­das de ropa que con­tie­ne PFAS. El peli­gro es real, sobre todo en Áfri­ca, Suda­mé­ri­ca y algu­nos paí­ses asiá­ti­cos. Allí, los con­tro­les, la legis­la­ción y los medios tec­no­ló­gi­cos para tra­tar estos resi­duos indus­tria­les son casi inexis­ten­tes. Los tra­ba­ja­do­res (bara­tos) no tie­nen guan­tes, más­ca­ras ni gafas pro­tec­to­ras. Muchos de estos paí­ses ya tie­nen pro­ble­mas de sequía e inclu­so si hay agua, está contaminada.

La ropa dese­cha­da, cuan­do se des­com­po­ne por la hume­dad o el calor o se que­ma, libe­ra com­po­nen­tes tóxicos:

• Ozono (O3 ) que es un oxi­dan­te extre­ma­da­men­te noci­vo para los pul­mo­nes, los riño­nes, el cere­bro y los ojos. Tam­bién pue­de que­mar las plantas.
• Áci­do fluorhí­dri­co (HF) que es una solu­ción acuo­sa muy corro­si­va para las vías res­pi­ra­to­rias. Esta solu­ción pue­de cau­sar que­ma­du­ras muy gra­ves. Pene­tra en los hue­sos y los vasos san­guí­neos a tra­vés de la pared dér­mi­ca y se une al cal­cio de la san­gre y de los hue­sos. Como resul­ta­do, lle­ga al corazón.

En Euro­pa, los aná­li­sis demues­tran que la con­ta­mi­na­ción está por todas par­tes. El pro­fe­sor De Boer ates­ti­gua que los ver­ti­dos de las fábri­cas del Ródano (en Fran­cia), tie­nen una can­ti­dad sig­ni­fi­ca­ti­va de PFAS. En el caso del agua del gri­fo: todas las mues­tras de agua del gri­fo de los cam­pos cer­ca­nos al Ródano supe­ran la nor­ma (100 ng/​l) para los 20 PFAS ana­li­za­dos. Más de 200.000 per­so­nas están afec­ta­das. De las mues­tras de sue­lo reco­gi­das en el esta­dio y el huer­to cer­ca­nos a la plan­ta, 5 PFAS supe­ra­ban la nor­ma neer­lan­de­sa de cali­dad del suelo.

En las mues­tras de aire, se encon­tra­ron dos com­po­nen­tes en can­ti­da­des muy gran­des en com­pa­ra­ción con los demás: 6:2 FTS y PFHA, uti­li­za­dos por las empre­sas de la plan­ta.

Para el pro­fe­sor De Boer, la con­clu­sión es cla­ra: ​“Por tan­to, pode­mos con­cluir que toda la zona de la que se toma­ron las mues­tras está gra­ve­men­te con­ta­mi­na­da con PFAS”

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¿Cómo saber si tu ropa contiene PFAS?

La ropa impermea­ble nos pro­te­ge de la llu­via, pero su pre­cio es elevado.

Según un estu­dio esta­dou­ni­den­se, PFAS (resis­ten­tes a las man­chas y al agua) se pue­den encon­trar en la ropa y los pro­duc­tos infan­ti­les, inclui­dos los eti­que­ta­dos como ​“no tóxi­cos” y ​“eco­ló­gi­cos”. Como con­su­mi­dor tie­nes que ser cons­cien­te de ello:

• Infór­ma­te bien, sobre todo cuan­do com­pras equi­pa­mien­to para acti­vi­da­des al aire libre (tien­das de acam­pa­da y mochi­las) y opta por pren­das que no ten­gan tec­no­lo­gía Gore-Tex o Teflon.

• Ten cui­da­do con todos los teji­dos y pren­das que lle­van eti­que­tas como: ​‘impermea­ble’, ​‘repe­len­te a las man­chas’ o ​‘repe­len­te a la suciedad’.

• Favo­re­ce la com­pra de ropa de segun­da mano.

• Lava la ropa nue­va antes de ponértela.

• Eli­ge pren­das con una lis­ta cor­ta de ingre­dien­tes, sin ​“PFAS” ni ​“ingre­dien­tes fluo­ra­dos” y cer­ti­fi­ca­das ​“Eco­cert”.

• Uti­li­za pro­duc­tos de lim­pie­za y man­te­ni­mien­to lo más sen­ci­llos posi­ble: vina­gre blan­co, bicar­bo­na­to sódico.

• Con­sul­tar la pági­na web del pro­duc­to de su mar­ca es la mejor mane­ra de saber si tu pren­da está libre de PFAS. Si no hay infor­ma­ción dis­po­ni­ble, pon­te en con­tac­to con el cen­tro de asis­ten­cia al clien­te. No te dejes enga­ñar por eti­que­tas o pro­me­sas de que un pro­duc­to está ​“libre de PFOA” o ​“libre de PFOS”.

Debe­mos esfor­zar­nos por cono­cer lo que com­pra­mos para noso­tros y para nues­tros hijos leyen­do artícu­los espe­cia­li­za­dos en ropa como ECO­TEX­TI­LE News. Los espe­cia­lis­tas en ges­tión quí­mi­ca Blue­sign, ZDHC y Oeko-Tex han con­fir­ma­do su com­pro­mi­so de eli­mi­nar pro­gre­si­va­men­te el uso de PFAS.

Una coa­li­ción de gru­pos eco­lo­gis­tas pidió recien­te­men­te a Blue­sign, ZDHC y Oeko-Tex que ​“actua­li­cen rápi­da­men­te todas las cer­ti­fi­ca­cio­nes para prohi­bir el empleo de todos los com­pues­tos PFAS en la fabri­ca­ción de productos”.

Ale­ma­nia, Paí­ses Bajos, Sue­cia, Dina­mar­ca y Norue­ga han anun­cia­do for­mal­men­te su inten­ción de pre­sen­tar una pro­pues­ta de res­tric­ción de los PFAS a la Agen­cia Euro­pea de Sus­tan­cias y Pre­pa­ra­dos Quí­mi­cos (Euro­pean Che­mi­cals Agency, ECHA). Se tra­ta de un pri­mer paso hacia la prohi­bi­ción euro­pea de los PFAS. Exis­te una nor­ma­ti­va que prohí­be los PFAS en la pro­duc­ción de ropa, pero los fabri­can­tes siguen uti­li­zán­do­los y aún vemos anun­cios en la tele­vi­sión: cami­se­tas (más trans­pi­ra­bles), abri­gos y zapa­tos impermea­bles, de depor­tis­tas y cantantes.

Algu­nos estu­dio­sos han suge­ri­do que el uso de PFAS en ropa resis­ten­te al agua está exa­ge­ra­do, y que se pue­den lograr resul­ta­dos simi­la­res uti­li­zan­do aca­ba­dos espe­cí­fi­cos (menos tóxi­cos) a base de sili­co­na e hidrocarburos.

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