Según la propia SHEIN, la empresa da gran importancia a la seguridad y el bienestar de sus empleados. La marca tiene su propio código de conducta que establece acuerdos con todos los fabricantes y proveedores con los que trabaja. Dentro de este código de conducta se tratan varios temas, como la prohibición del trabajo infantil y forzado, el bienestar de los animales y la remuneración justa.
Desgraciadamente, este código de conducta está redactado de forma muy vaga, sin objetivos claros ni acuerdos cuantificables. Como consecuencia, no es un compromiso vinculante para los fabricantes y por eso no hay garantía de condiciones laborales éticas en la producción.
Public Eye es una organización suiza de vigilancia y organización hermana de la campaña Ropa Limpia, que ya realizó varias investigaciones entre bastidores en SHEIN. En la práctica, parece que las colecciones de SHEIN no se fabrican en condiciones éticas. Las investigaciones de Public Eye revelaron condiciones de trabajo inseguras, bajos salarios y muchas horas extras. La organización lo califica como una forma de trabajo forzado implícito, en el que el trabajador no cobra por hora sino por prenda. De este modo, el salario depende de la velocidad a la que el trabajador produce, y los trabajadores a veces tienen que trabajar hasta 13 horas al día o 75 horas a la semana, ni siquiera para conseguir un salario digno.