Las prendas se confeccionan de principio a fin en su propio taller situado en Madrid, con un gran cuidado en el detalle, de forma casi artesanal, lo que la hace única e irrepetible. Aunque, la realización de algunos bordados los contrata a otro taller de vez en cuando.
En su taller crean diseños creados especialmente para cada persona, donde Elena de Frutos entiende al vestido como una arquitectura del cuerpo. Desde el conocimiento de la estructura corporal, construye las formas que mejor se adaptan a cada persona.