Don Pascual, nacido en 1943 en Taxco de Alarcón, México, y se sumergió en el mundo de la joyería gracias a su tío Chon. Comenzó con tareas simples y, junto a su tío, impresionaron a Jalil Majul Ballesteros al reproducir un collar. Esto les aseguró un trabajo constante.
Su autonomía como joyero se consolidó al reparar un complicado anillo de difícil reparación debida a la complejidad del trabajo. Sin formación formal, aprendió a trabajar los metales observando y repitiendo cómo lo hacía su tío.
Tras la muerte de su tío en 2013, Don Pascual trabaja en solitario, desde la elección de piedras hasta el pulido final de sus joyas. Preocupado por la calidad y complejidad de su obra, prefiere no tener aprendices.
Don Pascual se considera uno de los 15 joyeros que quedan en México que crea estas piezas, destacándose en técnicas como filigrana, martillado, cartoneado y la incrustación de piedras.