César Cuevas

Julio César Ortíz nació el 13 de diciem­bre de 1978 en Gua­da­la­ja­ra, Jalis­co, pero ha vivi­do toda su vida en Tax­co, Gue­rre­ro. Su his­to­ria per­so­nal y la his­to­ria de su fami­lia están muy rela­cio­na­das con el ofi­cio de la pla­te­ría y con la his­to­ria de Taxco.

Su tío, un arte­sano oaxa­que­ño como otros miem­bros de la fami­lia, mien­tras tra­ba­ja­ba en la Ciu­dad de Méxi­co, des­cu­brió la posi­bi­li­dad de tra­ba­jar en Tax­co en los talle­res de William Spratling, una figu­ra muy impor­tan­te en la his­to­ria de la pla­te­ría mexi­ca­na. Gra­cias a que la carre­ra de su tío fue exi­to­sa y le per­mi­tió traer a toda la fami­lia a Tax­co, inclu­yen­do a la madre de César.

Des­de peque­ño, César estu­vo rodea­do del ambien­te y los soni­dos del taller de pla­te­ría. A los 15 años, empe­zó a tra­ba­jar como ayu­dan­te de su tío y apren­dió a hacer los tra­ba­jos más sen­ci­llos, como lavar pie­zas y con­se­guir mate­ria­les. Con el tiem­po, fue adqui­rien­do habi­li­da­des y comen­zó a tra­ba­jar en tareas más com­ple­jas, como doblar, lijar y pulir. A los 19 o 20 años, empe­zó a crear sus pro­pias pie­zas de joye­ría.

La colec­ción ​“Talud-Table­ro” cuen­ta con joyas ela­bo­ra­das en pla­ta 950 y pla­ta 925, las cua­les poseen un mar­co mate de pla­ta. A sim­ple vis­ta, se pue­de apre­ciar el nivel de maes­tría y tiem­po reque­ri­do para su fabricación.

La colec­ción de joyas de César Cue­vas des­ta­ca por su uso del mate­rial prin­ci­pal, la pla­ta, que pue­de ser reuti­li­za­da en nue­vos dise­ños sin per­der su valor. Esto la con­vier­te en una opción ideal para la pro­duc­ción cir­cu­lar, ya que en su meticu­loso pro­ce­so de crea­ción, el metal es some­ti­do a un ciclo de fun­di­ción, lami­na­ción y nue­va fun­di­ción para lograr la mez­cla per­fec­ta en cada pieza.

Ade­más, la crea­ción de estas joyas impli­ca un uso míni­mo, o inclu­so nulo, de pro­duc­tos quí­mi­cos. Este aspec­to, ade­más de real­zar la cali­dad arte­sa­nal de cada joya, refle­ja un com­pro­mi­so con el medio ambiente.

César Cue­vas crea sus pie­zas en su casa- taller situa­do en Tax­co (Méxi­co).

Tax­co, es un pue­blo cono­ci­do por la pro­duc­ción de joyas de pla­ta. En este esce­na­rio, César Cue­vas crea sus pie­zas con la pla­ta com­pra­da en el gran mer­ca­do local de Taxco.

César Cue­vas, no uti­li­zar mate­ria­les de ori­gen ani­mal en sus crea­cio­nes de joyería. 

Entre los mate­ria­les que emplea se des­ta­can la pla­ta 950 y pla­ta 925. Esta elec­ción de mate­ria­les refle­ja la dedi­ca­ción de César a un enfo­que res­pe­tuo­so con los ani­ma­les en su prác­ti­ca artística. 

Las pie­zas de César Cue­vas están hechas a mano. No uti­li­za mol­des como en la téc­ni­ca de vacia­do, por ejem­plo. Cada ele­men­to se ela­bo­ra a mano, reser­van­do el empleo de maqui­na­ria úni­ca­men­te en las eta­pas de lami­na­do y pulido.

Las prin­ci­pa­les téc­ni­cas uti­li­za­das en la crea­ción de su colec­ción ​“Talud-Table­ro” son el cala­do, car­to­nea­do, rema­cha­do y sol­da­du­ra. Estas elec­cio­nes se tra­du­cen en la sin­gu­la­ri­dad de cada obra, pues, aun en los deta­lles que com­po­nen la joya, se apre­cian peque­ñas varia­cio­nes. Es pre­ci­sa­men­te esta carac­te­rís­ti­ca la que hace a las joyas de su colec­ción ​“Talud-Table­ro” sean pie­zas úni­cas.

Con fre­cuen­cia, resul­ta difí­cil deter­mi­nar el ori­gen de la pla­ta. César Cue­vas, adquie­re estos ele­men­tos de mane­ra local, espe­cí­fi­ca­men­te en el mer­ca­do de Tax­co de Alar­cón, Méxi­co, reco­no­ci­do por la exce­len­cia de sus joyas de plata.