Borrenberghs trabaja principalmente con materiales de desecho, que componen el 60% de la colección de prendas, con desechos de poliéster y tejidos de jersey; sin embargo, esto se está cambiando a tejidos 100% crudos y de origen natural, sin productos químicos. Aunque los materiales de desecho son sostenibles en cuanto a mantenerlos alejados de los vertederos o de métodos de eliminación perjudiciales para el medio ambiente, Borrenberghs aspira a tener algún día una cadena de suministro totalmente orgánica para tener una visión totalmente transparente del proceso de producción. Aunque a la marca le queda camino por recorrer para alcanzar ese objetivo, están trabajando para conseguirlo.
Aparte de la materia muerta, la marca trabaja actualmente con otros materiales, como el algodón orgánico sostenible con certificación GOTS, y materiales sintéticos no tan sostenibles con certificación Oeko-Tex, como la viscosa, el jersey de bambú y el material Punta di Roma, que convencionalmente consiste en mezclas de poliéster, viscosa y licra. Estas certificaciones garantizan la sostenibilidad del proceso de producción de estos tejidos, pero los detalles de estas certificaciones no se especifican y, por tanto, no pueden verificarse.
También afirman utilizar otros materiales, como la seda certificada por Seri.co, que garantiza la salud de los trabajadores y el medio ambiente de acuerdo con los requisitos de las normas ISO 9001 (gestión del sistema de calidad), ISO 14001 (gestión del medio ambiente), ISO 45001 (gestión de la seguridad) y SA 8000 (responsabilidad social). También declaran el uso de lana libre de mulesing certificada GOTS, y Cupro, un tipo de celulosa regenerada fabricada a partir de residuos de algodón, y Tencel, que es una fibra semisintética más sostenible. Sin embargo, estos productos no aparecen en ninguna descripción de las prendas.
Borrenberghs trabaja con un sistema de fabricación por encargo para evitar la sobreproducción, pero pronto cambiarán a existencias iniciales en las próximas colecciones. Las prendas seguirán produciéndose en pequeñas cantidades y seguirán siendo exclusivas y únicas, para que cada pieza sea apreciada. Las telas sobrantes se utilizan para confeccionar piezas de edición limitada, de modo que no se desperdicia ningún tejido.
Esta marca trabaja con embalajes de comercio electrónico totalmente sostenibles con la empresa Rajapack. Sus cajas están hechas de productos reciclados y cuentan con la certificación FSC, así como la etiqueta de envío, hecha de papel siliconado con certificación FSC e impresa por una imprenta sostenible. La Certificación de Gestión Forestal (FSC) es un indicador de que los materiales proceden de bosques gestionados de forma sostenible y de sus comunidades locales.
Esta marca también contribuye con el 1% de sus ventas anuales a organizaciones sin ánimo de lucro dedicadas a proteger el planeta, sus ecosistemas y la vida salvaje. También han establecido una asociación con Bollebos VZW para plantar una mezcla de árboles autóctonos en Bélgica, para desarrollar mejor un bosque fuerte y sano y aumentar la captura de carbono.