La mayoría de sus productos están fabricados con tejido de hilo de poliéster procedente de botellas rPET post-consumo.
Como seres humanos, estamos constantemente produciendo y utilizando nuevos recursos, creando una cantidad increíble de residuos. Residuos que, o bien se incineran, o bien se quedan en la tierra, contaminando mucho en ambos casos. Así que en Arpe han decidido no formar parte de esto.
Han decidido utilizar los residuos ya existentes y darles una segunda vida. ¿Pero cómo? Las botellas de plástico se funden para crear un tejido de microfibra muy suave, también llamado hilo de poliéster, que luego se tejen en grandes piezas de tela.
Además, en Arpe cuidan sus acciones, procesos e impactos hacia el planeta. Por eso, han calculado la huella de carbono de toda su empresa y la de algunos de sus productos, como las toallas de microfibra.
Sus toallas de microfibra 75 x 155cm tienen una huella de carbono de 2,70 kg de CO2 equivalente. ¿Qué significa esto? La huella de carbono de la toalla se reduce en un 21% cuando utilizamos energía renovable y material reciclado. En otras palabras, el impacto que tiene en el planeta durante su fase de producción y uso es un 76% menor que el de una toalla de algodón de las mismas dimensiones. Y también nos ayuda a los consumidores a ahorrar en muchos aspectos diferentes como energía, agua, jabón y espacio.
Además, cuentan con los certificados ISO 9001 y ISO 14001, que certifican unos sistemas de gestión de calidad y sistemas de gestión ambientales eficaces.