Stuart Alarcón

Stuart Alar­cón es un joven arte­sano y joye­ro de Tax­co (Méxi­co), lugar cono­ci­do por sus joyas de plata.

Tras gra­duar­se de la uni­ver­si­dad, tuvo la opor­tu­ni­dad de tra­ba­jar con un maes­tro que per­te­ne­ce a la gene­ra­ción ante­rior. El apren­di­za­je con él no solo impli­có habi­li­da­des téc­ni­cas, sino tam­bién una cone­xión con la his­to­ria y la heren­cia cul­tu­ral de la pla­te­ría en Taxco.

Des­pués de apro­xi­ma­da­men­te dos años de cola­bo­ra­ción, Stuart Alar­cón deci­dió empren­der su pro­pio camino. Aun­que sigue apli­can­do las ense­ñan­zas reci­bi­das, ha evo­lu­cio­na­do y desa­rro­lla­do sus pro­pias téc­ni­cas crea­ti­vas, lo que demues­tra su capa­ci­dad para fusio­nar tra­di­ción y modernidad.

Stuart Alar­cón no solo es un arte­sano habi­li­do­so, sino tam­bién un crea­dor que ha logra­do encon­trar su lugar en el mun­do de la pla­te­ría de Tax­co. Su his­to­ria es un tes­ti­mo­nio de la impor­tan­cia de la tra­di­ción, la inno­va­ción y la dedi­ca­ción en el mun­do del arte y la artesanía.

Stuart Alar­cón tra­ba­ja con una varie­dad de mate­ria­les para dar vida a sus joyas úni­cas. Ade­más de la pla­ta 925, que es el mate­rial prin­ci­pal de su colec­ción de joyas Lewitt, expe­ri­men­ta con otros meta­les, como el tum­ba­ga, una alea­ción que se encuen­tra común­men­te en tien­das de meta­les loca­les. El tum­ba­ga, cono­ci­do por su ver­sa­ti­li­dad y dura­bi­li­dad, se con­vier­te en peque­ñas maque­tas que sir­ven como base para sus diseños.

En su taller, tam­bién mani­pu­la meta­les como el latón, explo­ran­do las posi­bi­li­da­des que ofre­cen las alea­cio­nes dis­po­ni­bles en for­ma de alam­bres o cha­pas. Esta diver­si­dad de mate­ria­les le per­mi­te agre­gar capas de com­ple­ji­dad y tex­tu­ra a sus crea­cio­nes, crean­do pie­zas que van más allá de los lími­tes con­ven­cio­na­les de la platería.

Muchos joye­ros reco­gen la ​“pelu­sa” gene­ra­da al pulir la pla­ta, que con­tie­ne par­tí­cu­las de este metal. Sin embar­go, este pro­ce­so de recu­pe­ra­ción típi­ca­men­te invo­lu­cra el uso de áci­dos, una prác­ti­ca cono­ci­da por su impac­to contaminante. 

Stuart Alar­cón ha deci­di­do no pro­ce­sar la pelu­sa reco­lec­ta­da de la pla­ta puli­da. ¡Una deci­sión cons­cien­te no usar áci­dos con­ta­mi­nan­tes a cam­bio de obte­ner peque­ñas can­ti­da­des adi­cio­na­les de plata!

Por otro lado, oca­sio­nal­men­te, al com­prar pla­ta, Stuart se encuen­tra con la opción de adqui­rir ​“pla­ta res­ca­ta­da”, es decir, pla­ta que ha sido recu­pe­ra­da o reci­cla­da de diver­sas fuen­tes. En una región como Tax­co, don­de la com­pra y ven­ta de pla­ta es común, este tipo de pla­ta res­ca­ta­da es un ejem­plo de la cir­cu­la­ri­dad de a la indus­tria joye­ra local. Ade­más, esta prác­ti­ca redu­ce la depen­den­cia de la extrac­ción de minas. 

Des­de el dise­ño has­ta la crea­ción de joyas, cada paso se lle­va a cabo en su pro­pio taller, ubi­ca­do en su hogar. Aquí, sus joyas cobran vida a tra­vés de téc­ni­cas arte­sa­na­les y de diseño. 

Ade­más, la rique­za del mer­ca­do local de Tax­co se con­vier­te en una fuen­te local para la obten­ción de sus mate­ria­les. Esta cone­xión direc­ta con los recur­sos loca­les enri­que­ce sus crea­cio­nes, ade­más de cola­bo­rar con la eco­no­mía local y tra­di­ción joye­ra de Tax­co.

Stuart Alar­cón, no uti­li­zar mate­ria­les de ori­gen ani­mal en sus crea­cio­nes de joyería. 

Entre los mate­ria­les que emplea se des­ta­ca la pla­ta 925, que con­tie­ne un 92.5% de pla­ta pura y un 7.5% de otros meta­les, gene­ral­men­te cobre. Esta elec­ción de mate­rial refle­ja la dedi­ca­ción de Stuart a un enfo­que res­pe­tuo­so con los ani­ma­les en su prác­ti­ca artística.

Cada paso del pro­ce­so de Stuart Alar­cón es rea­li­za­do a mano y de for­ma cons­cien­te, des­de la idea del dise­ño has­ta la crea­ción final. Cada pie­za se cor­ta y suel­da a mano, pres­cin­dien­do de mol­des o téc­ni­cas de cera per­di­da. Ade­más, él mis­mo ela­bo­ra el alam­bre en lugar de com­prar­lo ya hecho.

Esta pro­duc­ción cui­da­do­sa garan­ti­za que cada joya sea úni­ca, cap­tu­ran­do así la esen­cia dis­tin­ti­va de la joye­ría de diseño.

A menu­do es difí­cil ave­ri­guar de dón­de pro­ce­de la pla­ta. Stuart adquie­re sus mate­ria­les de mane­ra local a tra­vés de peque­ños pro­vee­do­res del mer­ca­do de Tax­co, un mer­ca­do reco­no­ci­do por la exce­len­cia de sus joyas de plata.