MOMA

MOMA nació a fina­les de los años ochen­ta en un peque­ño taller (¡don­de aún se fabri­can los zapa­tos MOMA!) en el cora­zón de la región de Las Mar­cas, en Ita­lia. Todo se fabri­ca siguien­do méto­dos tra­di­cio­na­les y con gran amor por el medio ambien­te. El fabri­can­te ita­liano está suje­to a la nor­ma­ti­va labo­ral euro­pea y a las estric­tas nor­mas medioam­bien­ta­les que la Unión Euro­pea impo­ne a sus esta­dos miembros.

La piel que uti­li­zan pro­ce­de de fabri­can­tes ita­lia­nos que sólo tra­ba­jan con pie­les de cur­ti­do vege­tal de la mejor cali­dad. MOMA pro­du­ce zapa­tos úni­cos y atem­po­ra­les para hom­bres y muje­res, y uti­li­za pie­les sua­ves para garan­ti­zar que sus zapa­tos sean cómo­dos duran­te mucho tiempo. 

Los cur­ti­do­res de piel tos­ca­nos uti­li­zan téc­ni­cas moder­nas y arte­sa­na­les para fabri­car zapa­tos res­pe­tuo­sos con el medio ambien­te. La piel de cur­ti­do vege­tal es una alter­na­ti­va eco­ló­gi­ca a la piel cur­ti­da al cro­mo.

El pro­ce­so de cur­ti­do impi­de que las pro­teí­nas de la piel del ani­mal se pudran y con­vier­te el cue­ro en un mate­rial resis­ten­te. El cro­mo se ha uti­li­za­do his­tó­ri­ca­men­te para ablan­dar el cue­ro, pero es un metal pesa­do extre­ma­da­men­te tóxi­co para el medio ambien­te. Los pro­ce­sos de cur­ti­do vege­tal uti­li­zan tani­nos vege­ta­les, extraí­dos de la cor­te­za de los árbo­les, y son mejo­res para el medio ambien­te y para quie­nes tra­ba­jan estre­cha­men­te con el cuero.

MOMA se enor­gu­lle­ce de tener una cade­na de sumi­nis­tro sor­pren­den­te­men­te cor­ta, total­men­te basa­da en Ita­lia. La estre­cha rela­ción de la mar­ca con sus pro­vee­do­res de la región de Las Mar­cas le per­mi­te res­pon­der mucho más rápi­da­men­te a los pro­ble­mas, y ade­más redu­ce su hue­lla medioam­bien­tal gra­cias a las cor­tas dis­tan­cias que hay que reco­rrer. ¡Los zapa­tos MOMA son 100% ita­lia­nos!

Los zapa­tos de MOMA son de la más alta cali­dad ita­lia­na y de esti­los atem­po­ra­les que podrás lle­var año tras año sin can­sar­te nun­ca de ellos. Esto te per­mi­te apro­ve­char al máxi­mo la lar­ga vida de los mate­ria­les, ¡sobre todo por­que el cue­ro se vuel­ve más boni­to con los años! Si tus zapa­tos empie­zan a pare­cer un poco gas­ta­dos, llé­va­los a un zapa­te­ro para que los repare.