Martha Massé

Martha Mas­sé, una apa­sio­na­da del arte des­de peque­ña, siem­pre encon­tró ale­gría en la crea­ción manual, espe­cial­men­te en el dibu­jo. Esta crea­ti­vi­dad la lle­vó a tomar un camino ines­pe­ra­do hacia las Artes Visua­les, con­vir­tién­do­se así en par­te de la pri­me­ra gene­ra­ción de la carre­ra en Tax­co de Alar­cón, Guerrero.

En el año 2011, Martha ini­ció su via­je aca­dé­mi­co, sumer­gién­do­se en la rica tra­di­ción artís­ti­ca de la ciu­dad pla­te­ra. Fue duran­te su tiem­po en la carre­ra que se intro­du­jo a las peque­ñas cla­ses de joye­ría, ini­cial­men­te bási­cas pero que des­per­ta­ron su inte­rés y creatividad.

Tax­co, con su arrai­ga­da his­to­ria en la orfe­bre­ría, se con­vir­tió en el telón de fon­do per­fec­to para Martha. Pasear por las pla­te­rías, explo­rar el mer­ca­do de los sába­dos en bus­ca de peque­ños teso­ros para su fami­lia, todo con­tri­bu­yó a su inmer­sión en el mun­do de la joyería.

Martha, deci­dió expan­dir su cono­ci­mien­to par­ti­ci­pan­do en un diplo­ma­do de dise­ño en pla­te­ría y obje­to uti­li­ta­rio en joye­ría, don­de cono­ció a su maes­tro Miguel Ángel Ortíz. Este paso no solo afian­zó sus habi­li­da­des, sino que tam­bién la lle­vó a un nue­vo nivel de cola­bo­ra­ción. Invi­ta­da al taller de Miguel, Martha encon­tró un espa­cio don­de su des­tre­za en el dibu­jo y su pasión por la joye­ría con­ver­gie­ron de mane­ra armoniosa.

Martha Mas­sé uti­li­za pre­do­mi­nan­te­men­te pla­ta 950 en la crea­ción de sus joyas, des­ta­can­do su pre­fe­ren­cia por esta, debi­do a su dura­bi­li­dad. Aun­que oca­sio­nal­men­te incor­po­ra pla­ta 925 por razo­nes comerciales. 

Martha expe­ri­men­ta con diver­sos mate­ria­les, des­de pie­dras como how­li­ta y obsi­dia­na, has­ta resi­na, papel ama­te (un papel orgá­ni­co) y téc­ni­cas como meta­les casa­dos, que invo­lu­cran la unión de pla­ta, cobre y latón. La artis­ta tam­bién ha explo­ra­do el arte del mosai­co, siem­pre bus­can­do la armo­nía entre la pla­ta y otros ele­men­tos para crear pie­zas úni­cas y expresivas.

En cuan­to a la cali­dad del metal, Martha Mas­sé cuen­ta con el res­pal­do del Con­se­jo Regu­la­dor de la Pla­ta en la ciu­dad. Tan­to ella como su maes­tro Miguel se han afi­lia­do a este con­se­jo, com­pro­me­tién­do­se a some­ter­se a revi­sio­nes anua­les para eva­luar la com­po­si­ción del metal uti­li­za­do en sus creaciones.

En el pro­ce­so crea­ti­vo, Martha emplea áci­dos como el nítri­co y sul­fú­ri­co, con extre­ma pre­cau­ción. Estos áci­dos, esen­cia­les para la sol­da­du­ra y otras téc­ni­cas, requie­ren una ges­tión cui­da­do­sa al final de su vida útil. En lugar de ver­ter los áci­dos direc­ta­men­te, se imple­men­ta un sis­te­ma de reci­cla­je.

Tras neu­tra­li­zar estas sus­tan­cias áci­das, se ini­cia un pro­ce­so para recu­pe­rar la peque­ña can­ti­dad de pla­ta pre­sen­te en ellas. Ade­más, duran­te el puli­do, se gene­ra un resi­duo cono­ci­do como ​“pelu­sa”. En lugar de dese­char­lo, este mate­rial se guar­da cui­da­do­sa­men­te para su pos­te­rior uti­li­za­ción, res­pe­tan­do así cada peque­ña can­ti­dad de pla­ta. Con el tiem­po, los áci­dos neu­tra­li­za­dos se acu­mu­lan y, al com­ple­tar el pro­ce­so, la peque­ña can­ti­dad res­tan­te se entre­ga a espe­cia­lis­tas que bus­can neu­tra­li­zar aún más estos áci­dos, con­tri­bu­yen­do así a un enfo­que cir­cu­lar y sos­te­ni­ble en el mane­jo de materiales.

Martha Mas­sé, da vida a sus joyas en el taller de su maes­tro Miguel Ángel Ortiz en Tax­co, Méxi­co. Fusio­na su amor por el dibu­jo con la arte­sa­nía de la joye­ría, crean­do pie­zas únicas. 

Su cone­xión con la rica tra­di­ción pla­te­ra de Tax­co se refle­ja en cada dise­ño. La pro­duc­ción local es cla­ve para Martha, quien obtie­ne la pla­ta y pie­dras de lapi­da­rios loca­les. Las resi­nas y la pal­ma tam­bién se suman a su obra, todo con­ver­gien­do en Tax­co, don­de la pla­ta flu­ye como cora­zón de la tra­di­ción joyera.

Martha Mas­sé no uti­li­za mate­ria­les de ori­gen ani­mal en sus crea­cio­nes de joyería. 

Entre los mate­ria­les que emplea se des­ta­can la pla­ta 950, y how­li­ta y obsi­dia­na como pie­dras prin­ci­pa­les. Esta elec­ción de mate­ria­les refle­ja la dedi­ca­ción de Martha a un enfo­que res­pe­tuo­so con los ani­ma­les en su prác­ti­ca artística.

Las joyas hechas a mano de Martha Mas­sé son un com­pro­mi­so con la cali­dad y la auten­ti­ci­dad en cada crea­ción. Con el lan­za­mien­to de 2 o 3 peque­ñas colec­cio­nes al año, Martha valo­ra pro­fun­da­men­te el pro­ce­so crea­ti­vo des­de la eta­pa de dibu­jo. 

El tiem­po dedi­ca­do a esbo­zar, crear maque­tas y pla­ni­fi­car se con­vier­te en la base de una pro­duc­ción cui­da­do­sa, ase­gu­ran­do así, que cada joya sea úni­ca y cap­tu­re la esen­cia de la arte­sa­nía len­ta, don­de la aten­ción al deta­lle y la dedi­ca­ción son valo­res primordiales.

A menu­do es difí­cil ave­ri­guar de dón­de pro­ce­de la pla­ta y las pie­dras, aun así Martha rea­li­za esfuer­zos para cono­cer la cali­dad de sus materiales. 

Para ello, se ha afi­lia­do al Con­se­jo Regu­la­dor de la Pla­ta. Esta enti­dad local emi­te docu­men­tos y lle­va a cabo revi­sio­nes anua­les para eva­luar la can­ti­dad de pla­ta y alea­cio­nes pre­sen­tes, garan­ti­zan­do así la cali­dad y auten­ti­ci­dad de cada pieza.

En el caso de las pie­dras, la trans­pa­ren­cia encuen­tra obs­tácu­los debi­do a los altos cos­tos aso­cia­dos a la obten­ción de cer­ti­fi­ca­cio­nes para arte­sa­nos loca­les en Tax­co. No obs­tan­te, Martha con­fía en su cono­ci­mien­to interno y en rela­cio­nes de con­fian­za con pro­vee­do­res loca­les para ase­gu­rar la auten­ti­ci­dad de pie­dras como ama­tis­tas, ópa­los mexi­ca­nos y crisocolas.