Bosabo

Los zapa­tos y zue­cos Bosa­bo se fabri­can a mano en Fran­cia. No hay dos pares exac­ta­men­te igua­les. Los zue­cos de la empre­sa fami­liar fran­ce­sa se fabri­can de la mis­ma mane­ra des­de hace más de 125 años median­te pro­ce­sos de pro­duc­ción arte­sa­na­les tra­di­cio­na­les. ¿El resul­ta­do? Zapa­tos úni­cos hechos a mano de los que sen­tir­se orgulloso. 

Bosa­bo cui­da mucho de sus emplea­dos e insis­te en crear un entorno de tra­ba­jo posi­ti­vo y abier­to, en el que los 15 emplea­dos tie­nen sus pro­pias res­pon­sa­bi­li­da­des y pue­den tra­ba­jar de for­ma independiente.

En Bosa­bo, la mayo­ría de los tipos de cue­ro se cur­ten y tiñen de for­ma natu­ral. A dife­ren­cia del cue­ro cur­ti­do al cro­mo, no se uti­li­zan pro­duc­tos quí­mi­cos. Para fabri­car cue­ro a par­tir de pie­les de ani­ma­les, pri­me­ro hay que tra­tar­las duran­te el pro­ce­so de cur­ti­do. La piel ani­mal con­tie­ne una pro­teí­na, el colá­geno, y el pro­ce­so de cur­ti­do garan­ti­za que esta pro­teí­na no se pudra y trans­for­ma el cue­ro en un mate­rial resis­ten­te. Para el pro­ce­so de cur­ti­do, French Bosa­bo uti­li­za tani­nos de roble, cas­ta­ño o acacia.

Para colo­rear los boni­tos zue­cos y las ele­gan­tes san­da­lias, la mar­ca fran­ce­sa uti­li­za pin­tu­ra al agua. Bosa­bo tam­bién uti­li­za una alter­na­ti­va eco­ló­gi­ca para el seca­do. Así pues, el pro­ce­so de pro­duc­ción de estos zue­cos mini­ma­lis­tas no es per­ju­di­cial para el medio ambien­te, algo que en COSH! no pode­mos sino aplaudir.

Las sue­las inte­rio­res de las san­da­lias son de cor­cho y están recu­bier­tas de cue­ro. Las sue­las exte­rio­res son de goma, lo que las hace lige­ras y fle­xi­bles, pero con un exce­len­te aga­rre para que no te cai­gas. Ade­más, Bosa­bo tam­bién incor­po­ra made­ra en sus colum­nas. La made­ra pro­ce­de de bos­ques de la región de Pays-de-la-Loi­re o del sur de Bre­ta­ña. La mar­ca fran­ce­sa sólo com­pra made­ra de bos­ques cer­ti­fi­ca­dos. Los árbo­les no se talan has­ta que están com­ple­ta­men­te desa­rro­lla­dos, y por cada árbol que se tala, se plan­ta uno nue­vo. En otras pala­bras, ¡ges­tión fores­tal sostenible!

Para redu­cir el impac­to del trans­por­te en la ener­gía, Bosa­bo sólo tra­ba­ja con cur­ti­du­rías euro­peas de paí­ses veci­nos (Ita­lia, Espa­ña, Bél­gi­ca, Paí­ses Bajos) o, cuan­do es posi­ble, con cur­ti­du­rías fran­ce­sas. A peti­ción del clien­te, Bosa­bo tam­bién pue­de tra­ba­jar con pie­les reci­cla­das para fabri­car sus san­da­lias y zuecos.

Bosa­bo reci­cla todos los resi­duos de made­ra de las sue­las de los zapa­tos y los reuti­li­za para encen­der la cal­de­ra don­de se secan las sue­las. El papel se dona a las escue­las para que dibu­jen y hagan manua­li­da­des con él. Ade­más, la mar­ca fran­ce­sa tra­ba­ja cons­cien­te­men­te sólo con pro­vee­do­res loca­les y eco­ló­gi­cos para redu­cir su hue­lla en el medio ambien­te. En resu­men, ¡una empre­sa ver­da­de­ra­men­te sostenible!

Los zue­cos, san­da­lias y zapa­tos sólo se fabri­can por encar­go en Bosa­bo. No hay sobre­pro­duc­ción ni exce­den­tes de exis­ten­cias. Tras el pedi­do, el equi­po se pone manos a la obra para fabri­car tu zapa­to de for­ma arte­sa­nal. Al cabo de 1 ó 2 sema­nas, ¡reci­bi­rás los zapatos!

Para que tus zue­cos y san­da­lias duren mucho tiem­po, Bosa­bo ofre­ce un manual en su pági­na web en el que se expli­ca cómo cui­dar el cue­ro y la made­ra. Lo mejor es no dejar los zapa­tos dema­sia­do cer­ca de un cale­fac­tor o a pleno sol o en un ambien­te dema­sia­do húme­do. De ese modo, el color y la made­ra se man­tie­nen mejor.

Bosa­bo es trans­pa­ren­te sobre el ori­gen de los mate­ria­les y com­po­nen­tes del cal­za­do. Tam­bién ani­man a sus pro­vee­do­res a comu­ni­car abier­ta­men­te el ori­gen de sus mate­ria­les y las con­di­cio­nes de tra­ba­jo. De este modo, los clien­tes saben exac­ta­men­te qué con­tie­ne su zapa­to hecho a mano y quién lo ha fabricado.